SHOT DOWN IN FLAMES
Las llamas del edificio Winsor hace semanas que se calmaron, pero acto seguido han ido apareciendo toda una serie de leyendas engendradas por las grabaciones en video de unas siluetas dentro del edificio mientras estaba ardiendo Y por una curiosa llamada telefónica que se detectó desde un piso superior al que se había originado el incendio y en la que alertaba a los bomberos de que algo no iba bien. La cuestión es que hasta la fecha no se ha encontrado a la persona que supuestamente realizó la llamada de socorro y las hipótesis al respecto de las siluetas son de lo más variadas, los hay que dicen ver en ellas a unos fantasmas invocados por el fuego redentor y otros más coherentes qué afirman que lo que se ve en el video son los autores del incendio. He de reconocer que me interesa, no el incendio en sí, si no las leyendas urbanas, esas historias que corren de boca en boca, incluso de generación en generación y que todo el mundo tiene un amigo que conoce a alguien que le contó que a una tercera persona le pasó en realidad afirmándolo categóricamente, por que claro, cómo pueden desconfiar de ese buen amigo que les contó un hecho tan terrible. Entre mis favoritas destacan las leyendas urbanas crueles, ya saben, aquella del tipo que se ofreció a cortar la corbata del novio con una motosierra y se le fué la mano, quedando detalladamente registrado en el video de bodas, o aquella de la familia que marchó a pasar las vacaciones en un camping y justo el mismo día en que decidía marchar a casa se muere súbitamente la abuela, por lo que deciden envolver el cuerpo con la tienda de campaña y trasladarla hasta la ciudad en lo alto del coche, para así ahorrarse el desplazamiento de la funeraria pero con la mala suerte de que cuando paran a comer en el área de servicio de la autopista, les roban el coche. Pero si hay una leyenda urbana que tubo pendiente a todo este país durante bastantes días fue aquella en la que el cantante Ricky Martin aparecía en el programa de televisión Sorpresa, Sorpresa. Ya que me consta que este blog es visitado por personas de otros países, les repasaré rápidamente la escena ya que no tiene desperdicio. Para empezar imagínense a los protagonistas de la historia, por un lado una joven fan de Ricky Martin en su habitación y acompañada de su perro (la raza del cual varía dependiendo de la versión , ya que en unas se trata de un caniche y en otras de un dogo) y por otro lado el cantante escondido en el armario esperando a que le den la orden de sorprender a la muchacha. Todo ello en riguroso directo, con la habitación plagada de cámaras que lo controlan todo, la chica se sienta en la cama, se baja los pantalones y empieza a untarse mermelada entre las piernas, llamando acto seguido a su mascota para que se zampe tan deliciosa merienda, ante todo esto la presentadora se queda estupefacta y empieza a ordenar -...Corten, corten!!! Y acto seguido aparecen los anuncios. Pues bien señores, esta historia que puede parecer de lo más imposible pero apareció por mera generación espontánea estuvo en boca de toda la población española, incluso la cadena de televisión se vio obligada a hacer un comunicado para desmentirla. Vamos que nadie había visto nunca tales imágenes por la pantalla pero todos conocíamos a alguien que lo había visto. Yo , sin ir más lejos en un debate radiofónico creado al respecto de la leyenda escuché como un oyente llamaba al programa afirmando que él lo había visto todo y lo explicaba con pelos y señales.
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