CON TROPEZONES ME GUSTA MÁS
En Semana Santa no se puede comer carne. Ya saben, aprovechen para comerse unas verduritas o un pescadito a la plancha, que es bien bueno para la salud. Algo así es lo que seguramente pensó una buena mujer en la ciudad de San Francisco en California, cuando se sentó en la silla de un restaurante y pidió una sopa de ají picante al camarero. Por lo visto, estaba bastante buena hasta que encontró algo raro en su boca, vamos algo duro, cuando la sopa la había pedido sin tropezones, escupió el objeto extraño y se encontró con un dedo humano, con su uña y todo incluido. De esta manera lo relató la funcionaria del servicio de salud de la zona: "Era la yema con toda la uña. Fue una experiencia horrible para ella que comenzó a vomitar apenas vió lo que había mordido". Inmediatamente después, según indicó la misma funcionaria, empezaron a hacer el recuento de dedos entre todos los trabajadores del restaurante, para ver quién podía ser el accidentado, pero todos tenían sus falanges completas, por lo que en estos momentos están investigando si el tropezón pudo haber venido del exterior en algún alimento preparado, y han tomado nota de la huella dactilar para poder averiguar quién era el propietario. Aunque resultará un tanto difícil ya que el dedito se pasó unas cuanta horas haciendo chup, chup en la olla. Si ya les digo yo, que ni en Semana Santa se puede hacer uno vegetariano. Para que vean que no me invento nada, ni se trata de una leyenda urbana, pueden ampliar la información aquí.
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