JUGANDO CON LA MUERTE
Recientemente, M.A. me hablaba de hacer un post en el que hablase del caso Terri Schiavo. Hasta el momento no me havia decidido por varias razones, la principal es por ética, no consideraba justo desglosar los pormenores de una persona que está agonizando ya que hubiese sido un acto amarillista y por otro lado tampoco quería entrar en todo ese circo mediático que se ha formado alrededor de Schiavo en el que nada se ha respetado y ha caído sobre ella como fieras sobre la carnaza. Un día después de su muerte, les diré que soy partidario de la eutanasia, toda persona debe poder decidir si desea o no vivir, nadie puede tapar la boca de otro con leyes que limiten su libertad individual y que le distancien de una muerte digna. Pero el caso de Shiavo es punto y aparte, todo lo dicho anteriormente, lo he hecho para así distanciarme de algunos de aquellos personajes que cristo en mano se dedicaban a hacer penitencia frente a las puertas del hospital donde se consumía Schiavo. Me distancio de esos movimientos pro-vida norteamericanos de doble moral, que ven este caso como una salvajada pero por el contrario apoyan a su gobierno en el bombardeo y posterior invasión de Irak o que se dedican a mirar hacia otro lado cuando en su país se condena a muerte a una persona ya que muchos creen ver en ello un acto de justicia. La Muerte de Schiavo no ha sido una muerte digna, no entraré en los motivos que podía tener o no su marido para que esta historia acabase como ha acabado, pero si sus padres deseaban que continuase viviendo ninguna ley podía haberles negado ese derecho y en el caso de que Schiavo hubiese deseado antes de caer en el coma que no debería permanecer en una situación así, nadie debería haber permitido que muriese de hambre, desconectando la sonda que le suministraba alimento y sumirla en una profunda agonia, aunque su cerebro no lo interpretase, la dignidad de una persona va mucho más allá de el estado de conciencia.
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R. -
Sapporo -