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muchorusoenrusia

EL EXTRAÑO CASO DEL Sr. P.

EL EXTRAÑO CASO DEL Sr. P. El señor P. siempre llevaba adosada a su carné de conducir una foto de Franco, el Generalísimo pernoctaba las 24 horas del día en su cartera. El motivo era tan sencillo como barriobajero, la foto del dictador que esgrimía una pose altanera, como si intentara estirarse para sobrepasar el medio metro que crecía desde el suelo, esperaba ansiosa poder ver la luz en el momento en que la guardia civil detuviera el coche del señor P. en un control de alcoholemia rutinario y le fuera requerido el carné de conducir. Entonces el Caudillo guiñaría el ojo al picoleto con un gesto de confraternidad y este dejaría pasar al Sr.P. sin hacerle el análisis de alcoholemia, ya que presumiblemente según el señor P. todos los guardias civiles son simpatizantes del antiguo régimen. La jugada nunca llegó a salir como él había deseado, al señor P. se le dio el alto en tres ocasiones diferentes, dando positivo en todas ellas y requisándosele el preciado permiso de conducir. La tercera retirada de carné sucedió a plena luz del día. Todo esto le hizo recapacitar e intentó reconducir su camino, por lo que aprendió a blandir copas de coñac en el asiento del acompañante, mientras eran otros quienes recibían el alto al volante. La testosterona de la juventud acabó por disiparse, junto con la foto de Franco, las copas de coñac, las retiradas de carné y las simpatías carpetovetonas del pasado.
Toda la historia de juventud del Sr. P. se la explico porque hace más de un año que permanece secuestrado, aislado de todo aquello que sucedía a su alrededor. En contadas ocasiones ha conseguido burlar la vigilancia y he podido tomar contacto con él. Con la boca pequeña me cuenta que todo va bien, que ahora todo es diferente y que incluso en las últimas elecciones, a regañadientes, votó a los socialistas, aunque continua disfrutando con la Cope y las monsergas infundidas por Federico Jiménez Losantos. Posteriormente el Sr. P. siempre desaparece, casi sin dejar huella para volver a su guarida.
Si todo esto lo encuentran demasiado críptico, es porque no conocen el caso de cerca, además ya es tarde y la botella de rioja que me ha acompañado durante la cena comienza a menguar. Mejor me marcho a la cama.

1 comentario

Sapporo -

Me parece Sr. Ruso que al Sr. P lo conozco...

Ese hombre que se tiró un pedo antes de entrar en la cola del museo Dalí y se tatuó una etiqueta de melón en el brazo.... creo que este hombre tendría que hacer un apartado especial (estupid-heces, etc) e ir poniendo las historias allí ...

Un saludo,