LA PRESENCIA ULTERIOR
Ayer, mientras caminaba por la calle, ví a un chaval que estaba leyendo algo, no sabia si se trataba de un libro, una revista o que era aquello que tenia entre las manos, el caso es que se trataba de papel y yo que para estas cosas soy muy entrometido y siempre que veo a alguien que está leyendo algo necesito saber que es, me agarrapaté a la espalda del chaval para robarle un retazo de su intimidad y saber de esta manera que leía con tanta afición ya que lo hacia mientras caminaba, mi sorpresa fue cuando descubrí que se trataba de una revista en la que recientemente me habían publicado una crítica de cine, me puse un tanto nervioso pero el nerviosismo que se intensificó cuando descubrí que el chaval estaba absorbiendo la sección de cine y concretamente la crítica que yo había escrito, esto me provocó un sudor frío por la espalda, acompañado por un pequeño tembleque en las piernas, por que aunque no se lo crean, a mí esto de que me lean me da mucha vergüenza, aunque esto mismo contradiga la esencia misma de publicar un blog ya que resulta de todo menos intimo, ya que siempre que me miro las visitas a la página y veo que se disparan (por motivos que desconozco) un poco más de lo normal comienzo a cuestionarme con estupideces inquisitorias y vuelvo siempre a repasar los últimos posts para comprobar si está bien escritos o me he dejado algo o hay demasiadas faltas ortográficas, aunque finalmente casi siempre los dejo tal y como están por que si no me da la sensación que estoy traicionando al momento en que lo publiqué, si salió así, ya sea mal o bien es por que no podía ser de otra manera y cualquier alteración sería una pequeña traición llegada del futuro... ya me estoy liando, bien a lo que iba, cuando comprobé que el chaval estaba leyendo mi crítica de cine, se me ocurrieron dos cosas, la primera y más impulsiva era acercarme a el y decirle que no leyera aquello, que yo conocía al autor y se trataba de un tipo muy borde y malcarado con el que no valía la pena perder el tiempo. La segunda era la más sencilla, pasar por su lado, como si nada pero acercándome un poco y desviar la mirada como si quisiera llevarme a casa aquel momento, por que en el fondo aquello me hacia ilusión y me divertía, estaban leyendo a un desconocido y este pasaba por al lado... últimamente me lío más que la pata de una cabra, oigan, si les aburro cierren el navegador, cambien de página o márchense a mirar la tele o a dar saltos por la montaña, pero no me lo digan.
Finalmente me decidí por la segunda opción.
Finalmente me decidí por la segunda opción.
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Sr.Ruso -
Sapporo -