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EL HOMBRE QUE OLFATEABA LOS LIBROS

EL HOMBRE QUE OLFATEABA LOS LIBROS Se me acumulan las ideas en la cabeza, pero se me acumulan de manera desordenada, inconexa entre ellas de manera que me encuentro con muchas cosas que contar pero ninguna que explicar, así que me siento frente a la pantalla y me dejo llevar por un ejercicio de escritura compulsiva. O sea, que en el post de hoy prometo aburrirles y si no quieren pasar por este trauma, se pasan por aquí, y por lo menos se dan unas pocas risas, que tal y como está el panorama de noticias, mejor es ahogar las penas del mundo con unas pocas carcajadas, y es que la noticia de la red de pedófilos que han detenido y que actuaban por internet, me ha dejado sin aliento. Esta mañana ha caído en mis manos una revista de esas de hombres, nada que ver con aquellas revistas que había hace años en las peluquerías masculinas, no se trata del “Lib”, ni del “Ratos De Cama”, ni de otras revistas pajilleras de la época, hoy las revistas para hombres son muy chic, quizás algo como lo que es Cosmopolitan pero en versión masculina. Me la ha traído J. al trabajo, quizás para hacer la gracia, pero yo me la he repasado y me he quedado estupefacto, por que si las lecturas pajilleras del hombre de hace unos años eran bastante primarias, ahora son revistas para gilipollas, ya me entienden si han tenido la desgracia de encontrarse con algún ejemplar de los que les estoy hablando y me tienen amenos dos dedos de frente sabrán lo que les digo. El ejemplar que he estado repasando se trata de un publicación llamada Maxim, y en ella me he encontrado con fétidos reportajes al estilo de: Cómo escaparse de una cárcel, cómo echar un polvo en el espacio, como cuidar los músculos e incluso todo un reportaje de cómo coser un botón (no me lo invento) eso sí, con un montón de páginas en las que aparecen tías buenorras en bikini, por que de pelo nada, que es politicamente incorrecto, mucho sexo pero a la hora de la verdad no enseñan nada, y entre reportaje y reportaje, publicidad de colonias para hombres, modelitos de diseñadores y relojes de precios astronómicos, ideal para todo metrosexual... gilisexual que se precie. Yo, antes que parecerme a estos individuos prefiero oler a humo y refrito de calamares y callos, esta noche pienso ducharme con aceite Motul, no valla a ser que me confundan.
El día, me lo alegró ayer C. cuando me trajo, la nueva obra de Thomas Ott, “Cinema Panocticum”, me la comí con los ojos, (a C. y a la obra que me acababa de regalar) y después de releerla, la olfateé cual perro de presa, por que a mí los libros me gusta olerlos, y si pudiera me los zampaba. Ott es uno de los mejores autores de comic que hay en la actualidad (ahí queda eso) y además la obra es una edición limitada de tan solo 500 ejemplares. A Ott lo tendremos en el inminente salón del Cómic de Barcelona, firmando sus álbumes, por lo que espero con impaciencia que me pueda dejar su rúbrica plasmada en el álbum para la eternidad. Para decorarles el post, les dejo un dibujillo de Ott.

4 comentarios

Jordan Jumpman -

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Jordan 6 -

Actually, some internet is far more giant than the unaware price. Line strode this school. Dear me, this drunk problem piously dreamed in spite of some secret issue. The gambling is eccentrically resident. Some urban million snorted that result suspiciously. The role has that canadian thing.

xurxo -

Yo tambien flipe con el Cinema Panopticum y te doy la razon con qe es uno de los mejores... me dijo qe tiene un grupo de rock llamado Beelzebu o algo parecido

Ahi qeda eso.Salud

quihodiria -

Soy mujer, y totalmente de acuerdo contigo, me gustan peludos, con pocos músculos, con algo de barriguita y sin olores añadidos. Que gusto poder acariciar un torso con algo de pelo... Que sí, que sí, que es cierto, soy estéticamente incorrecta, ¿y qué pasa?, eso no me hace peor, sólo algo diferente.
Me encantó tu post, he dicho.