CONSTERNACIÓN CHAMÁNICA
Consternado me marché ayer a dormir después de escuchar la entrevista que Julia Otero, en el programa Las Cerezas, le realizó al escritor Sánchez Dragó, la verdad es que no daba crédito a lo que oía, pues lo tenia cómo a un tipo serio, y empezó a despachar las preguntas que le hacía la periodista con un chamanismo de andar por casa de lo más divertido, vamos, que el personaje me cayó bien. Prometo tenerlo en cuenta para cuando vuelva a aparecer en televisión. Pero mi consternación no acabó ayer después de apagar el televisor, si no que hoy ha continuado cuando he visto que 24 horas después del día mundial de la mujer aparece en la prensa la noticia de una lavadora que pretende llamar a la igualdad entre hombres y mujeres, la solución no es otra más que reconoce las huellas dactilares de quien la pone en funcionamiento y nunca funciona después de haberla accionado una misma persona un máximo de dos veces, vamos que si quieren tener la ropa limpia se ha de turnar el accionado de la máquina. Lo cierto es que a golpes de gilipollismo como este nunca llegaremos a una verdadera igualdad.
Cómo que a ustedes mis consternaciones personales tampoco es que puedan ser de un gran interés, les propongo que conozcan la historia de Frank Lentini un siciliano que en 1899 nació con 3 piernas, 4 piés y 2 órganos genitales. El personaje, lejos de deprimirse por tal malformación emigró a los Estados Unidos, donde consiguió un gran éxito en el mundo del espectáculo de aquella época con un show que pretendía ser de lo más divertido que consistía en marcar penaltis. A pesar de todo, Lentini padecía una seria cojera, ya que ninguna de sus tres piernas era de igual tamaño. Genio y figura, oigan.
Cómo que a ustedes mis consternaciones personales tampoco es que puedan ser de un gran interés, les propongo que conozcan la historia de Frank Lentini un siciliano que en 1899 nació con 3 piernas, 4 piés y 2 órganos genitales. El personaje, lejos de deprimirse por tal malformación emigró a los Estados Unidos, donde consiguió un gran éxito en el mundo del espectáculo de aquella época con un show que pretendía ser de lo más divertido que consistía en marcar penaltis. A pesar de todo, Lentini padecía una seria cojera, ya que ninguna de sus tres piernas era de igual tamaño. Genio y figura, oigan.
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