DIABOLUS IN LIBRUM
No he leído El código Da Vinci ni pienso hacerlo, principalmente por no seguir al rebaño, por no someterme a los enredos de la mercadotecnia que crea del día a la noche obras que aparecen en manos de todos. Ves como lo leen en el tren, en los parques, en la playa, la gente carga con el y sus derivados en los supermercados y cuando me hablan de lo entusiasmados que han quedado con su lectura y les comento -...pues yo no lo he leído. Me miran con cara de incredulidad y con el labio inferior temblando proclaman -...pues tienes que leerlo, es buenísimo!!!. Vamos, como que no, que no pienso ni acercarme a ese libro, pero si no lo hago será tan sólo por eso que les he explicado, no tendrá nada que ver con esa especie de fatua lanzada por la iglesia católica, instando a sus seguidores a no leerlo por que desacredita a la iglesia mediante falsificaciones absurdas y vulgares. De manera que los lectores no tienen criterio, son tontos y se dejarán engañar fácilmente. Yo, que me eduqué en una escuela católica conozco bastante bien estos procedimientos dignos de una secta y para ello les pondré un ejemplo. En una ocasión el cura de turno nos estaba explicando el misterio de la santísima trinidad, ante lo que yo incrédulo de que aquello de que tres personas fueran una sola pregunté -¿...y esto como es posible?. Y me respondieron -...es dogma de fe, vamos que me quedé patidifuso. Con el tiempo y la experiencia he llegado a entender lo que me quería decir con aquella expresión: come y calla.
Toda esta historia del Código da Vinci no es si no una gota más en el océano, si tenemos en cuenta todos los deslices de esta iglesia decimonónica anclada en el pasado más rancio, podría comenzar a enumerar sus últimos deslices como la oposición al matrimonio entre homosexuales, la negativa a la investigación con células madre... ante todo ello me estoy planteando la posibilidad de apostatar, ya saben, darme de baja del club cristiano en el que entré cuando me bautizaron, para ello tienen que rellenar unos formularios, por lo visto no es fácil, pero más difícil es darse de baja de Wanadoo y me cuentan que hay quien lo ha conseguido. Si les interesa cliquen aquí, encontraran toda la información necesaria y los documentos para rellenar.
Toda esta historia del Código da Vinci no es si no una gota más en el océano, si tenemos en cuenta todos los deslices de esta iglesia decimonónica anclada en el pasado más rancio, podría comenzar a enumerar sus últimos deslices como la oposición al matrimonio entre homosexuales, la negativa a la investigación con células madre... ante todo ello me estoy planteando la posibilidad de apostatar, ya saben, darme de baja del club cristiano en el que entré cuando me bautizaron, para ello tienen que rellenar unos formularios, por lo visto no es fácil, pero más difícil es darse de baja de Wanadoo y me cuentan que hay quien lo ha conseguido. Si les interesa cliquen aquí, encontraran toda la información necesaria y los documentos para rellenar.
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